10/04/2018

En estos días en los que nuestro cole es noticia porque como comunidad hemos conseguido  que cientos de personas se impliquen en mejorar la estética de un edificio, que además de viejo y feo transmitía lo que la sociedad ve como una escuela: un edificio gris, sin personalidad propia, con rejas, en donde se espera que niños y niñas se sienten , callen, atiendan y vengan con sus emociones gestionadas desde casa. Pienso en cómo el cambio, además de dejar bonito el edificio, nos puede ayudar a crecer como proyecto educativo. 

Si algo trasmite el trabajo de Okuda es dinamismo, alegría, creatividad, pasión y crecimiento.

El día a día en un centro escolar que ha de cumplir y llegar a los objetivos que marca el currículo oficial, incluso en el nuestro, puede hacer que perdamos el sentido del verdadero aprendizaje y que poco a poco nos convenzamos de que hemos llegado a la meta.

Tras la resaca de los frutos recogidos, es la hora de iniciar nuevos retos. Sin que olvidemos que el verdadero reto de la educación es transformar la pasión en aprendizaje. Para ello hemos de continuar asumiendo desafíos pedagógicos en los que la alegría , el dinamismo , la pasión y el crecimiento sean el pan de cada día.



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