7/06/2018

Cuando era pequeño, mi abuelo me enseñó orgulloso una dedicatoria de un libro escrito por un amigo suyo. Tenía por título “ ¿Por qué imposible? Las balsas” y en él se narraba la epopeya de atravesar el océano Pacífico, más de 9000 millas marinas, en tres balsas, durante 180 días y sin escalas. Su autor era Vital Alsar.

Quizás sea una casualidad, pero este colegio y sus gentes parecen compartir el espíritu y la osadía de este viejo marino. Todos, profesores, alumnos y familias, se han convertido en una tripulación que reman unidos contra corriente, guiados por los vientos del cambio. Lo que para muchos supondría una locura, para estas nobles gentes tan solo es una aventura, y se adentran en ella a pecho descubierto…

En esta ocasión la propuesta roza la utopía, convertir el colegio en una obra de arte, pero… ¿por qué imposible?. El encargado de hacerlo , Okuda, es otro soñador realizando su sueño, un marino a bordo de la creatividad surcando los mares del color y la geometría, una persona sin cuya generosidad nos convertiríamos en naúfragos , cuyo ejemplo dignifica al arte y tiende un puente de coherencia entre el artista y su obra, un héroe para nuestros niños y niñas, y esto último, para mí, es lo más importante. No voy a extenderme en los beneficios que esta obra puede traer a Cueto, a la ciudad de Santander, al mundo de la cultura, etc… quiero centrarme en lo Vital, qué aportará a los niños y niñas.

Yo creo, aunque como otras muchas veces ya me pasó puedo estar equivocado, que lo que pueden aprender nuestros locos bajitos de este maravilloso viaje es, nada más y nada menos, a creer en sus sueños. Vivenciar que lo que fue una idea, loca, mágica, extraordinaria, se convierte en realidad, la pueden ver con sus ojos al entrar todos los días al cole y tocar con sus manos en el recreo, dejará un poso en l@s alumn@s de que los sueños se pueden cumplir, ¡claro!, que quizás cueste mucho y halla que esforzarse y juntarse entre todos y convencer a gente y chocar contra muros y caerse más tarde y levantarse luego buscando otra manera y respirar despacio para gritar un día ¡lo hemos conseguido!, ¡Que los sueños se cumplen!. Y esa enseñanza dejará un aroma de que todo es posible, que son los creadores de su propia vida, seres libres a los que el miedo no atenace y construyan con sus manos otro mundo posible. Niñas y niños que digan : que toda la vida es sueño, y los sueños, vida son…

No solo les pedimos ayuda para pintar las fachadas del colegio, les estamos pidiendo además que nutran las semillas del futuro para que esta humanidad, de una vez por todas, tenga un poco de humanidad. ¿Por qué imposible?

Así de chulo nos puede quedar el cole


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