6/27/2018

El curso que ahora termina ha sido de recogida, y la cosecha, esta vez, ha sido abundante (dicen que año de nieves, es año de bienes...). Porque es un curso para ser recordado, para que  la memoria no nos falle, y para que nos sirva cuando la esperanza o la energía no nos sobren, queremos hacer balance de todo lo bueno que nos ha pasado.
            La recolección de frutos comenzó el curso pasado, con la aprobación del PIIE, PIIE que estamos desarrollando con nota, tanto desde nuestra perspectiva, como desde las personas que hacen su seguimiento desde fuera.
            En septiembre comenzamos otro curso, con nuevas -y viejas- incorporaciones, tanto de familias como al claustro, un claustro que poco a poco, y partiendo del trabajo de “Lego Serius Play” (gracias otra vez, Tito) se ha convertido en una “familia” más, en la que, como es de desear, los miembros se cuidan, se respetan y apoyan. La sintonía y compenetración que hemos logrado, es un bálsamo para el pasado y una referencia para el futuro.
            Y como otro miembro más del claustro, se incorporó  también nuestro nuevo inspector, al que no nos cansamos de alabar por su actitud, confianza y ayuda.
            Casi en seguida, nos cayó, como un regalo (desafinado) del cielo, un piano para el colegio, uno de los deseos que había desde el principio. Y lo hemos disfrutado en recreos, salidas y fiestas.
            En octubre, cuando todavía nos estábamos organizando, llegó la tele para grabar su programa “Maneras de educar”, (fuimos el único centro de nuestra Comunidad Autónoma elegido para ello). ¡Menudo lío! Todo eran nervios, risas, carreras, autorizaciones,... ¡Y en enero emitieron el programa! De su calidad no queremos hablar, pero, indudablemente tuvo una repercusión muy grande para el colegio. Casi inmediatamente llegaron las visitas: la Alcaldesa, el Consejero,... y con ellos, ¡el cambio de la valla!¡Tras varios años peleando tenemos una valla decente y segura!
            ¡Y nos aprobaron el Proyecto Bosque!, otro de los sueños largamente acariciados... aunque desconozcamos todavía la fecha de ejecución, nuestro cole es cada vez más verde.
            Merche se marchó... pero vino Puerto, otro regalo, que siempre está dispuesta a echar una mano.
            Y vino también Okuda, fascinado con el proyecto, con su promesa de pintar el cole (detrás de la que hay un gran trabajo y esfuerzo por parte de muchas personas): otro sueño, que, seguro, veremos cumplir.
            Este curso se pusieron en marcha los Nodos de las criaturas, y la Cooperativa “Vitalmisetas”, se consiguió, gracias a un vecino, un nuevo espacio para el huerto (así el cole se va integrando también, poco a poco en el barrio), se participó en unas Jornadas sobre Sostenibilidad organizadas por la Universidad de Cantabria, se cambió (no sin dificultad) la cuenta, de un banco convencional  a una banca éticamente más acorde con nuestros principios, se ha contactado con profesorado del módulo de carpintería para que colaboren en la elaboración de material,...
            Y claro, en estos tiempos de abundancia, alegría y celebración,  la matrícula no para de aumentar, dentro del cole... y también en el seno de algunas familias...
            Por todo ello, y por cada pequeño detalle maravilloso que hemos vivido, nos felicitamos. 

Y...nos ha toca despedir también a nuestras criaturas de 6º, la mayoría niñas y niños que llevaban en nuestro cole desde los 4 añitos. La despedida ha sido triste, pero también muy emocionante por la etapa que comienzan. Gracias a cada un@ de ell@s por todo los aportado, y a sus familias.


¡FELIZ VERANO!



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