El curso que ahora termina ha sido de
recogida, y la cosecha, esta vez, ha sido abundante (dicen que año de nieves,
es año de bienes...). Porque es un curso para ser recordado, para que la memoria no nos falle, y para que nos sirva
cuando la esperanza o la energía no nos sobren, queremos hacer balance de todo
lo bueno que nos ha pasado.
La recolección de frutos comenzó el
curso pasado, con la aprobación del PIIE, PIIE que estamos desarrollando con
nota, tanto desde nuestra perspectiva, como desde las personas que hacen su
seguimiento desde fuera.
En septiembre comenzamos otro curso,
con nuevas -y viejas- incorporaciones, tanto de familias como al claustro, un
claustro que poco a poco, y partiendo del trabajo de “Lego Serius Play” (gracias
otra vez, Tito) se ha convertido en una “familia” más, en la que, como es de
desear, los miembros se cuidan, se respetan y apoyan. La sintonía y
compenetración que hemos logrado, es un bálsamo para el pasado y una referencia
para el futuro.
Y como otro miembro más del
claustro, se incorporó también nuestro
nuevo inspector, al que no nos cansamos de alabar por su actitud, confianza y
ayuda.
Casi en seguida, nos cayó, como un
regalo (desafinado) del cielo, un piano para el colegio, uno de los deseos que
había desde el principio. Y lo hemos disfrutado en recreos, salidas y fiestas.
En octubre, cuando todavía nos
estábamos organizando, llegó la tele para grabar su programa “Maneras de
educar”, (fuimos el único centro de nuestra Comunidad Autónoma elegido para
ello). ¡Menudo lío! Todo eran nervios, risas, carreras, autorizaciones,... ¡Y
en enero emitieron el programa! De su calidad no queremos hablar, pero,
indudablemente tuvo una repercusión muy grande para el colegio. Casi
inmediatamente llegaron las visitas: la Alcaldesa, el Consejero,... y con
ellos, ¡el cambio de la valla!¡Tras varios años peleando tenemos una valla
decente y segura!
¡Y nos aprobaron el Proyecto
Bosque!, otro de los sueños largamente acariciados... aunque desconozcamos
todavía la fecha de ejecución, nuestro cole es cada vez más verde.
Merche se marchó... pero vino
Puerto, otro regalo, que siempre está dispuesta a echar una mano.
Y vino también Okuda, fascinado con
el proyecto, con su promesa de pintar el cole (detrás de la que hay un gran
trabajo y esfuerzo por parte de muchas personas): otro sueño, que, seguro,
veremos cumplir.
Este curso se pusieron en marcha los
Nodos de las criaturas, y la Cooperativa “Vitalmisetas”, se consiguió, gracias
a un vecino, un nuevo espacio para el huerto (así el cole se va integrando
también, poco a poco en el barrio), se participó en unas Jornadas sobre
Sostenibilidad organizadas por la Universidad de Cantabria, se cambió (no sin
dificultad) la cuenta, de un banco convencional
a una banca éticamente más acorde con nuestros principios, se ha
contactado con profesorado del módulo de carpintería para que colaboren en la
elaboración de material,...
Y claro, en estos tiempos de
abundancia, alegría y celebración, la
matrícula no para de aumentar, dentro del cole... y también en el seno de
algunas familias...
Por todo
ello, y por cada pequeño detalle maravilloso que hemos vivido, nos felicitamos.
Y...nos ha toca despedir también a nuestras criaturas de 6º, la mayoría niñas y niños que llevaban en nuestro cole desde los 4 añitos. La despedida ha sido triste, pero también muy emocionante por la etapa que comienzan. Gracias a cada un@ de ell@s por todo los aportado, y a sus familias.
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